
Toro
Los orígenes de esta denominación son anteriores al asentamiento de los romanos, y ya durante la Edad Media esta zona era considerada un bien muy valioso, el vino que se elaboraba en esa época gozaba de privilegios como su comercialización en ciudades donde la venta de otros vinos estaba prohibida. Durante los años 70 se dan los primeros pasos para crear la Denominación de Origen, y es finalmente en 1987 cuando se la conceden.
En la actualidad el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro avala la calidad de 51 bodegas. En sus propias palabras: "la evolución que ha experimentado en las últimas décadas ha llevado a ser protagonistas del magma que arrastra la crítica de vinos tanto a nivel nacional como internacional".
La variedad tinta principal es la Tinta de Toro, autóctona de la zona. Aunque también se elabora con Garnacha o también conocida como Tinto Aragonés. En cuanto variedades blancas se elabora con Malvasía y Verdejo.